Una Cascarita

A Guillermo Samperio

El barquito era de cascara de nuez. Llovía a cantaros. Cinco insectos; una Catarina de la suerte, una oruga que se acordeona, una cochinilla que parece balín con patas, un grillo ojeroso y una hormiga con antenas de conejo, tuvieron que echar a la suerte un lugar en la cascara de nuez. La paja más corta le tocó a la hormiga antenas de conejo. Despidió a sus compañeros agitando un pañuelo blanco. Los siguió con la mirada hasta que se perdieron de vista donde la corriente azul daba vuelta entre la maleza despeinada. La hormiga se quedó de pie hasta que la algarabía de los insectos ya no se escuchaba. Sola con las nubes grises de la tarde, entró en el salón de su casa, eligió un libro, se tumbó en su sillón  morado a leer a Samperio hasta que saliera el sol.

[Rodolfo Yohai]

Lagartija Azul

Era una Lagartija azul, del tamaño de una salchicha. Dócil y mimosa como un gato. Vivía en la bandeja de los embutidos del refrigerador. Toda la familia adorábamos a la lagartija. Mi madre abría el refrigerador y le sonreía a la lagartija azul que se tornaba naranja cuando descansaba junto al jugo, blanca si estaba junto al queso panela. El azul era el color más constante ya que siempre andaba cerca del congelador; la irritaba que guardara muchas latas de coca cola. Detestaba el rojo. Era muy consentida, mi hermana no quería ir al colegio si antes no le daba un beso. El día que murió la lagartija azul, fue un trauma para todos. Mi padre empezó a beber, mi madre a fumar y a mi hermanita la llevaron a terapia. Yo, yo empecé a escribir. 


[Rodolfo Yohai]

Sueños

Todo sucedía como en sus sueños. Dos mujeres desconocidas lo besaban apasionadamente en el cuello, hasta le pareció  familiar sentir el dolor que le causaban aquellos colmillos.


 [Rodolfo Yohai]

La Médium

!Sí estas ahí, da tres golpes¡
- Ordenó la médium.

Está se echó violentamente hacia atrás, se estremeció primero hacia adelante, luego hacia atrás y cayó desmayada sobre la mesa; nadie supo si contactó o no con el espíritu del pugilista.

[José Luis Zarate]

la señorita G

La señorita "G" tiene un solo punto vulnerable, al caballero que logre encontrarlo, lo amará para siempre.

[Rodolfo Yohai]

Vecindario


En el vecindario inauguraron un cementerio en el terreno junto al patio de mi casa. Poco a poco se va poblando de nuevas tumbas. Supongo que ellos siguen añorando su antigua condición de vivos. Por la noche se asoman sobre los muros y asustan a mis perros, que ladran desesperados. Yo me entierro bajo las cobijas hasta que amanece.


 [Rodolfo Yohai]

Dulce compañía

Estaba detenido a mitad de la escalera del templo, estupefacta como quien inesperadamente tiene una experiencia religiosa. Con el cabello alborotado y la túnica blanca que le cubría apenas aquellos muslos firmes. El viento movía el vuelo de su prenda dejándome ver un poco más. Ahora se que los ángeles no usan calzones.


Una pluma desprendida de sus alas pasó junto a mi cara, olía a caramelo. Contemplarlo me puso la piel de gallina. El Ángel de mi guarda me envolvió entre sus alas para recogerme. Al terminar, como todos, se fue de ahí.

[Rodolfo Yohai]