Cuarto de Baño

Por un momento, la confundí conmigo. Pero no era yo. Era una extraña. Intenté hablar con ella pero parecía no me escucha. Totalmente ajena a la circunstancia, estaba frente a mi despreocupada de mi presencia ensayando muecas y ademanes. Se está burlando de mi, pensé. Entonces, se puso seria.

Nadie me obligaba a permanecer en el cuarto de baño, pero ahí estaba yo, mimetizando cada uno de sus movimientos como si no tuviera voluntad propia. Qué ella sacaba la lengua, yo la imitaba. Si arqueaba las cejas, yo hacía lo mismo. Si se encogía de hombros, igual. Así hemos estado un buen rato.

Cuando se agachó a recoger un pasador, se escuchó una flatulencia. Con la cara sonrojada dijo - a caray si ha sido usted, por un instante pensé que había sido yo. Indignada se marcho del cuarto de baño y  yo hice lo mismo.




[Rodolfo Yohai]