El Misterio

El temor al armario se esfumó cuando mi padre me dijo que en la noche, mientras duermo, aquella puerta del armario conducía a una hermosa playa tropical. Más tarde, cuando entré en la adolescencia fantaseaba con ver salir del armario a una pequeña sirena que se metía en mis sueños de cama seduciéndome con sus encantos, su sonrisa seductora y su cuerpo semidesnudo.

Pasados los años, se me ha olvidado hasta el más pequeño vestigio de credulidad de tal disparate. Hoy me ocupo de resolver ese molesto y misterioso ruido que hacen mis pantuflas, cuando me levanto en las mañanas, como si hubiera pequeños granos de arena dispersos por el suelo.

 [Rodolfo Yohai]